HISTORIA

Más de sesenta años formando parte del paisaje de la ciudad

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7. El sótano de Napardi, vestigio del Burgo Medieval

Es cosa de todos conocida que la Pamplona medieval estaba dividida entres poblaciones distintas, con su propio fuero, concejo, parroquia y recinto defensivo. Una de estas poblaciones, entonces la más importante y poblada, aunque no la más antigua, era el próspero y floreciente burgo de San Cernin, en donde habitaban ilustres familias de comerciantes enriquecidos. La trama urbana del Burgo se articulaba en torno a un eje principal, que era la calle Mayor; el resto de las rúas tomaban el nombre de los gremios a que pertenecían la mayor parte de sus vecinos: Cuchillerías, Bolserías, Carnicerías, Tecenderías y Pellejerías. En esta última, en su confluencia con Bolserías, hoy San Saturnino y la rúa Mayor, es donde estaba localizado el solar sobre el cual se alza hoy la casa que alberga la sede de la Sociedad NAPARDI.

El burgo de San Cernin, ya lo dice el Príncipe de Viana en su Crónica, se rodeó desde el momento de su fundación, en torno al año 1100, de una fuerte muralla, la cual formaba un dobre recinto, compuesto por un recio muro de piedra, jalonado a trechos por torres almenadas de planta cuadrangular, salvo tres o cuatro cilíndricas y una barbacana o muralla exterior, que completaba el sistema defensivo y hacía muy difícil cualquier tentativa de escalada o de asalto.

Las casas situadas en las calles o rúas pegantes a la muralla solían estar construidas con robustos muros de piedra, que les daban la solidez necesaria para resistir el embate de un posible ataque, frente al cual, si se producía, constituían, después de la muralla, o si se quiere junto a ella, la primera línea a batir por el enemigo. Una de esas calles era la Pellejería, la actual Jarauta, en su tramo comprendido entre el portal de la Portalapea, actuales escaleras que bajan a la cuesta de Santo Domingo y la iglesia de las Dominicas, conocido antiguamente como el convento de las “Beatas”, cerca del cual en el ángulo del Museo de Navarra, se alzaba la torre medieval de la Rocha.

Aunque la casa que actualmente sirve de sede a la Sociedad fue construída en 1921 por el arquitecto Mariano Arteaga para la Sociedad Tradicionalista y antes de ésta hubo otra más antigua, la de Gainza, que databa de hacia 1700, los muros del sótano nos han conservado un trozo de la Pamplona medieval, un muestra testimonial de lo que constituía el esquema de una casa del viejo burgo de San Cernin. Se reconoce con toda claridad la planta de la casa propiamente dicha, con su puerta de comunicación, el espacio que en aquel tiempo ocupaba huerto o corral, y la salida a la primitiva muralla, que en esta parte de la ciudad venía a coincidir con la belena o calle todavía existente, al que da la puerta posterior: el Patio de los Gatos, al que dedicó una de sus “Glosas”Angel María Pascual en 1946. Quedan allí todavía algunos vestigios del aparejo del muro, y un saliente con ventanas, cuya parte trasera, hasta que la revocaron hace algunos años, mostraba algunas saeteras y otros elementos que nos decía claramente que aquello fue una de las torres defensivas del Burgo, frente al Chapitel y la vieja y orgullosa Navarrería.

Así pues NAPARDI, que ya de por sí es una referencia en nuestra ciudad en cuanto a tradición y a esencia netamente pamplonesa, se puede enorgullecer también, aparte de otras muchas cosas, de haber tenido la sensibilidad y el gusto de ennoblecer y dar empaque a sus magníficos locales con estos elementos, tan acertadamente recuperados, de nuestra rica, maltratada y casi inagotable arqueología urbana.

  Juan José Martinena
      “Gallico de Oro” del año 2002