Descripción del proyecto

Carlos Ciriza Vega

Gallico de Oro 2017

Carlos Ciriza Vega (1964), pintor y escultor, es uno de los artistas navarros  con más proyección internacional, con obras repartidas hasta la fecha, en 23 países: Alemania, Argentina, Armenia, Austria, Canadá, Cuba, Chile, Ecuador, Emiratos Árabes Unidos, Escocia, Eslovenia, España, Venezuela, Filipinas, Finlandia, Francia, Italia, México, Portugal, Principado de Andorra, Suiza, Uruguay y EE.UU.

En sus primeros años, desarrolla su obra con reflexiones próximas al pensamiento de Richard Serra, Julio González, Chirino, Henry Moore, Chillida y Oteiza. En el caso de estos dos últimos, la cercanía es tanto geográfica como en el espíritu que anima a su plástica, donde el espacio se revela como un elemento esencial e imprescindible de la escultura del siglo XX-XXI.

Artista que utilizó al principio la madera y la piedra, y posteriormente, fue depurando su estilo y definiendo el hierro como material principal para realizar sus esculturas.

La carrera que Carlos Ciriza se ha forjado en más de 30 años, nos revela una continua búsqueda, en un constante progreso de investigación de las infinitas posibilidades que pueden darse en la relación entre materia, volumen y el equilibrio.

Su pintura se interrelaciona directamente con la escultura. En ella, el autor plasma armónicamente formas y fragmentos volumétricos, a los que combina masas de color y espacios de diferentes planos, sobre murales,  pizarras, lienzos y papel. Cercano a la naturaleza, a la poesía y a la música, se inspira principalmente en sus pensamientos, emociones y vivencias personales.

Se ha especializado en la instalación de esculturas de gran formato para espacios públicos y privados (la última de 23 metros de altura), que  se integran en la arquitectura, así como en los entornos urbanos y naturales (parques, plazas, rotondas, zonas verdes y espacios abiertos). Cuenta con importantes piezas escultóricas instaladas en España, Europa y América.

Sus creaciones escultóricas y pictóricas se encuentran en diferentes museos, parques y colecciones públicas y privadas, y han sido publicadas en numerosos libros y catálogos, así como en abundantes medios de comunicación de diferentes países.

Hasta la fecha, ha realizado 99 exposiciones individuales y ha participado en

98 exposiciones colectivas, siendo su presencia en América, frecuente y periódica. Actualmente, trabaja en diversos encargos y proyectos monumentales en Estados Unidos, México y Alemania.

Ha realizado varios galardones, entre otros el “Camino Real”, que el Rey Felipe VI entregó al actor Antonio Banderas, en reconocimiento a su labor en la divulgación de España en Norteamérica.

Con varios premios y reconocimientos, y habiendo representado a España en alguna ocasión, abierto al mundo, nombrado caballero honorario de la Orden del Cuto Divino, caballero de honor de la Orden de la Oliva de Navarra y tostada de Arroniz y recientemente nombrado Cofrade de Honor de la Cofradía del Vino de Navarra.

Fue miembro del Consejo Navarro de Cultura (órgano consultivo asesor del Departamento de Educación y Cultura del Gobierno de Navarra de principios de 1996 a finales de 1999, y presidente de la comisión de actividades artísticas y culturales.

Algunas de sus obras de gran formato en Navarra, que embellecen nuestro entorno, se encuentran en la Autovía del Camino, “Vía Láctea, caminos paralelos”, “Puente paso de Europa” y “Red de caminos”; el “Basajaun” en la N-121-A Larrakaitz Sunbilla, 1043 en Tafalla o Basajaun, el Gigante guardián de Sunbilla. El homenaje al Toro en la Plaza de toros de Pamplona, o la escultura en la plaza Jimeno Jurío de la Rocha. “Nuestros libros” en los HHMM Maristas de Sarriguren, las tres obras en los Padres Capuchinos o las rotondas de entrada a las ciudades de Viana , Lekunberri o Estella.

Su integridad como escultor, fiel a sí mismo y a su obra, al margen de efectismos y libre de conceptos pasajeros que encorseten sus piezas, se encuentra su grandeza y su universalidad. Carlos Ciriza nos invita a mirar con los ojos del corazón, de la memoria y del alma. Estos ojos “internos” tienen la cualidad de ver más allá, de apoyarnos en la forma y en la materia, para dar  el salto a experiencias estéticas más profundas.